Dante decía, que quien sabe de dolor, todo lo sabe; y hoy en Santa Marta sí existe un profesional especialista en dolor, es el doctor Fco. Javier Mazenett Garrido, fundador y director científico del Centro de Rehabilitación y Tratamiento del Dolor, Kinesis. Un hombre elocuente, de voz grave y mirada compasiva que regresó a Santa Marta hace 30 años después de culminar su especialización en fisiatría en la Universidad del Valle.
Su día a día comprende una dedicación casi exclusiva a la atención médica: 12 horas, de 6 am. a 6 pm. Escucha, observa y revisa cerca de 40 pacientes por día. “Dicen los que saben de estadísticas, que el 80% de la población, alguna vez en su vida va a tener dolor. Lo que a mí me preocupa es que no estamos formando médicos en el manejo del dolor, porque uno cuando va con un dolor a una urgencia, lo primero que le dan es un diclofenaco, un esteroide y lo mandan a su casita sin importar cualquier tipo de dolor” explica el doctor Mazenett.
Los grandes sacrificados por su dedicación al trabajo y a aliviar el dolor de otros, han sido sin lugar a dudas, su familia. Sus hijos con quienes comparte cada minuto libre de su agenda y que son el motor de su corazón. Su madre, doña Zaida Garrido de Mazenett, ha sido su mentora y la primera persona que creyó en este proyecto y lo ha apoyado desde el primer día. “Este lote (donde se construyó la Fundación Sanar Kinesis) era de mi madre, se lo pedí prestado y todavía no se lo he podido pagar -asegura entre risas- Ella fue quien se sacrificó por mí. Cuando llegué de Cali al terminar la universidad, la primera puerta que se abrió fue la de ella y empezamos a construir aquí, le desbaraté su casa. Cuando le dije que me iba a especializar en fisiatría y me dijo: “¿eso qué es?” porque no conocía esa especialidad y cuando regresé era el único en Santa Marta. Hoy somos 6”.
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Según la encuesta del dolor, realizada por la Fundación Kinesis junto con la Universidad del Magdalena en el año 2015, se probó que el 51% de la población del Magdalena sufre de dolor en algún momento de su vida. Los pacientes atendidos sufren mayoritariamente dolor lumbar: “En Santa Marta el dolor lumbar es el más común, le sigue el dolor de cabeza. Y es distinto por ejemplo a Bogotá o el interior del país donde es más común el dolor de cabeza como afectación principal de los pacientes” dice. También asegura que después de los 45 años, el 80% de la población tiene dolor lumbar y es un dolor incapacitante, un dolor que quien lo tiene cree que no va a poder caminar.
Sin embargo, el reconocido especialista reconoce que también lo aquejan algunos dolores. “A mí me duele que a veces las cosas no se dan como uno espera, pero he aprendido a ser tolerante, a tener resiliencia ante las caídas y los fracasos. Tenemos una cosa clave en nuestro equipo que es la compasión y si tenemos eso, también tenemos la esperanza para echar para adelante”.
Y es que el gran equipo de profesionales que hacen parte de la familia Kinesis, hoy en día se ha convertido en 3 empresas que se encargan de realizar: prevención, promoción y rehabilitación de la salud. “En estos 30 años hemos visto al paciente holísticamente, desde lo social, académico, intelectual, la familia. Tú no puedes manejar un dolor, si no tienes a la familia alrededor. Para eso tenemos en el equipo especialistas en ortopedia, neurocirugía, psiquiatría, psicología, fisioterapia y terapia ocupacional. Todo un equipo alrededor del paciente que incluso hemos incorporado al médico del alma, porque recordemos que el paciente es un sujeto que tiene unos componentes espirituales” explica.
El médico del alma, según el doctor Mazenett, es quien prepara al paciente para el final de la vida y aceptar la muerte, apoyando a la familia en la fase de cuidados paliativos y acompañamiento hasta el final del proceso de pacientes en fase terminal.
Kinesis: 30 años
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La institución que el doctor Mazenett representa, cumple 30 años en los próximos días y se sigue proyectando como un referente internacional en la atención, prevención, manejo y alivio del dolor crónico. “Hemos presentado trabajos de investigación en Japón, Argentina, Canadá, y en todos estos años hemos sido reconocidos como un apostolado porque hemos hecho una siembra de 30 años que me da mucha alegría, pese a que tal vez no es muy rentable, pero es más la labor social que lo económico. Hoy le apuntamos a una cultura del manejo del dolor, una cultura de prevención, una cultura en la que el médico sepa qué debe hacer en caso de dolor. Esa es una de las grandes deficiencias que tenemos y yo insisto en no estamos formando médicos para aliviar el dolor sino médicos formuladores de analgésicos” puntualizó.
En ese punto nació el Congreso Internacional de Dolor de la Costa Caribe conocido como CIDCCA, que inicialmente fue concebido como un curso sobre manejo del dolor crónico, pero debido a la gran aceptación entre médicos, pacientes y personal de salud, evolucionó muy rápidamente para ser un gran evento internacional de suma relevancia en el ámbito del bienestar y el manejo integral del dolor.
El propósito real, debe ser ver al paciente como un todo según expresa el doctor a AgendaTe. “Si no lo hacemos así vamos a seguir en esto como arando en un desierto donde ya no queremos ir a la urgencia porque sabemos que nos van a recetar y eso es deprimente. Tener una paciente que nos diga “Yo no voy a urgencias porque si es un dolor del corazón me ponen tal cosa, si es un dolor de cabeza me ponen tal cosa”. Y entonces la moraleja es: ¿será que el dolor es uno solo? no, el dolor tiene más de 100 vertientes pero si usted no lo aplica bien va a sufrir con un dolor mal manejado”.
Con la experiencia de 30 años aliviando el dolor de sus pacientes, el doctor Mazenett afirma que el paciente con dolor quiere que el médico lo toque, que lo escuche y que le explique que debe hacer para aliviarse. “Si no lo escuchamos no vamos a saber y así eso se convierte en un dolor magnificado porque el dolor tiene implicaciones emocionales que antes no creíamos, por eso todos reaccionamos distinto. La mujer reacciona distinto, el hombre es más cobarde, es más gritón y hasta en eso tenemos una codificación genética del dolor, la codificación genética de cada sintomatología y el comportamiento es distinto a una mujer o un hombre”.
Sobre su legado después de tres décadas trabajando para la comunidad, el doctor Mazenett asegura que su aporte está en la siembra de esas primeras semillas para generar la cultura de un manejo adecuado de la cultura del dolor. Tenemos que cambiar el esquema mental de los médicos y por eso hacemos actividades de capacitación, a pesar de que no soy académico, hago esa actividad con grupos de diferentes clínicas y EPS de Santa Marta. Aún con el riesgo de que aprendan lo que yo sé y después ya no me necesiten pero uno tiene que dar, el que más da, más recibe” finalizó.